martes, 25 de mayo de 2010

Amor de martes.

¿Es posible enamorarse de alguien que sólo existe en tu imaginación? Sentir que el cuerpo se te estremece en cuanto cierras los ojos y una escena se recrea en tu cabeza como si realmente fuera un recuerdo, como si estuvieras reviviendo una experiencia pasada. Puede que se trate de un grupo de hormonas que me están tomando el pelo. Aún así, es irresistible imaginarte la protagonista de la novela, centro de la devoción que siente ese ser tan perfecto que vas creando en tu imaginación a medida que pasas las páginas. Te sumerges tanto en la lectura que incluso crees que puede existir alguien así en el mundo, situación peligrosa, porque nadie jamás será suficiente para ti cuando la imaginación te presenta a la perfección personificada.
Este brote de pos-adolescencia intuyo que tiene que ver con mi inestabilidad emocional. El corazón no está hecho para ser libre. Necesita acelerarse sin control en cuanto recuerdas y haces tuyo ese beso que se te aparece en la mente en forma de adjetivos. Intentas sentirlo, vivirlo... Y te lo crees. Y sueñas con ello intensamente hasta amanecer creyendo que es un recuerdo. Y te enamoras, sí, te enamoras, esperando que llegue la noche, deseando con todas tus fuerzas volver a repetir ese momento irreal. No puedo evitar morderme el labio y sonreír. Puede que algún día pierda la capacidad de sumergirme así en una novela. Tal vez nunca vuelva a sentirme así. Hay que saborear bien las experiencias que te brinda la vida.
Por suerte, esta locura mía es transitoria. He estado enamorada por un día, con esa sensación de despertar sonriendo, con un pie en sueños y luchando por mantener ese mariposeo estomacal. Ahora, justo antes de meterme en la cama de nuevo, saco la lista de candidatos a protagonista de esta noche. ¿Qué hay mejor que un sueño a la carta, que va desde la dulzura de los Romeos hasta la pasión que despierta un Mick Jagger adolescente?

1 comentario:

Anónimo dijo...

A mi también me pasó una vez durmiendo:



Hoy te soñé mujer

sonrisas que enmudecian

miradas risueñas de hierba fresca

rubor del rostro in crescendo cuan escalera

te reclamaba alma mia

escondido en latidos de silencio

¿porque te robaron de mis fantasías? ¡dime!

¡te odio mujer!

porque te fuiste sin besarme

me odio sin querer, por crearte de la nada

descubrirte con el dolor ¡amor!

una mentira efímera es

sueño y nada mas.