martes, 25 de mayo de 2010

Amor de martes.

¿Es posible enamorarse de alguien que sólo existe en tu imaginación? Sentir que el cuerpo se te estremece en cuanto cierras los ojos y una escena se recrea en tu cabeza como si realmente fuera un recuerdo, como si estuvieras reviviendo una experiencia pasada. Puede que se trate de un grupo de hormonas que me están tomando el pelo. Aún así, es irresistible imaginarte la protagonista de la novela, centro de la devoción que siente ese ser tan perfecto que vas creando en tu imaginación a medida que pasas las páginas. Te sumerges tanto en la lectura que incluso crees que puede existir alguien así en el mundo, situación peligrosa, porque nadie jamás será suficiente para ti cuando la imaginación te presenta a la perfección personificada.
Este brote de pos-adolescencia intuyo que tiene que ver con mi inestabilidad emocional. El corazón no está hecho para ser libre. Necesita acelerarse sin control en cuanto recuerdas y haces tuyo ese beso que se te aparece en la mente en forma de adjetivos. Intentas sentirlo, vivirlo... Y te lo crees. Y sueñas con ello intensamente hasta amanecer creyendo que es un recuerdo. Y te enamoras, sí, te enamoras, esperando que llegue la noche, deseando con todas tus fuerzas volver a repetir ese momento irreal. No puedo evitar morderme el labio y sonreír. Puede que algún día pierda la capacidad de sumergirme así en una novela. Tal vez nunca vuelva a sentirme así. Hay que saborear bien las experiencias que te brinda la vida.
Por suerte, esta locura mía es transitoria. He estado enamorada por un día, con esa sensación de despertar sonriendo, con un pie en sueños y luchando por mantener ese mariposeo estomacal. Ahora, justo antes de meterme en la cama de nuevo, saco la lista de candidatos a protagonista de esta noche. ¿Qué hay mejor que un sueño a la carta, que va desde la dulzura de los Romeos hasta la pasión que despierta un Mick Jagger adolescente?

viernes, 14 de mayo de 2010

Injustamente justo.

Día triste el de hoy.
No sé de qué te sorprendes Laura. Nunca has creído en esa institución que imparte justicia al mejor postor. Sabías que Garzon acabaría suspendido por investigar las atrocidades que se cometieron durante el franquismo. Pero la esperanza es traicionera y creíste que se tomaría la decisión correcta. Ilusa...

Mi sangre roja arde ahora como la lava. No soy capaz de comprender cómo aquellos que fueron partícipes de una barbárie, cómplices del dolor de tantas familias, hoy están descorchando caras botellas de champagne para brindar por un triunfo. Hoy los malos de la película se llevan el beso final. Y nadie hemos sido capaces de impedirlo.
Nos llenamos la boca presumiendo de un próspero periodo de democracia y en realidad todo es una burda mentira tejida por los mismos que fueron criminales en el silencio, expectadores del terror y el sufrimiento de tantos inocentes. Esos mismos son hoy los que mueven los hilos de este circo. Cuánta hipocresía, cuantos valores vacíos. Carece de sentido mencionar la palabra "justicia" si a la práctica es un instrumento usado como mejor convenga a un juez, que se rige por el color que más le guste o por el pie con el que se haya levantado esa mañana, o puede que por los privilegios que se incluyan en un bonito cheque regalo. Soy más de creer que aunque la justicia se vista de seda, justicia debería quedarse.

Somos conscientes de que muchas de las cosas que enseñan los libros de derecho son mentira y arqueamos la ceja con escepticismo cuando nos mencionan la palabra "neutralidad". Pero no nos movilizamos lo suficiente para cambiarlo cuando no somos los afectados directamente. Habría que empezar a adoctrinar a la sociedad con eso de "ponte en su lugar", dejar de ser tan individualistas, tan egoístas, y tratar de convencernos de que nosotros también tenemos poder para rectificar las taras de este sistema judicial. Qué mejor detonante que una injusticia sin lugar a interpretaciones?
Una injusticia con mayúsculas que pasará a los anales de la historia.

martes, 11 de mayo de 2010

Relato desde la colina. (Sahara,1/05/2010)


El tiempo se detiene cuando entras en este mundo tan asombrosamente distinto a lo que conocemos. Mires donde mires, distintos tonos de marrón, un color infinito, cálido y acogedor. Los cinco sentidos de que disponemos son insuficientes para llevar a lo más profundo de nuestro ser la esencia de este maravilloso lugar. Qué mediocre el lenguaje, insuficiente para describir un sentimiento como éste.

Mis ojos se clavan en una camioneta de color verde oscuro que, atrapada en la arena que nos envuelve, poderosa y enigmática, trata de continuar su camino ayudada por seis criaturas de entre siete y diez años que gritan sonrientes, protegidas por un lejano recuerdo para mí: la inocencia de ser una niña, ignorando todo aquello que va más allá de mi burbuja. Felizmente engañada.

Mi olfato, pura concentración de micropedacitos de desierto. Cierto olor salado me llega hasta los pulmones, intensificando ese vínculo que ha establecido mi alma con esta tierra, artificial y voluntariamente desordenadas.

Mis labios, resecos y doloridos, todavia me permiten llevarme a la boca un sorbo de este viento perseverante e imparable que otorga un dinamismo extraño a la calma aparente que hipnotiza cada centímetro de mi piel, de mis huesos, cada músculo.

Mi mente, no obstante, permanece en un estado de histeria al conocer el terror que subyace en los cimientos de este paisaje. Mis sentidos rendidos al encanto de esta imagen. Mi consciencia ardiendo en deseos de romper a gritar de impotencia y de rabia. No puedo explicar el por qué de la injusticia. Realmente no soy capaz de contestar en este momento a ninguno de mis porqués.
Se interrumpe mi reflexion cuando una cabra se postra a diez metros de mi, emitiendo un sonido gutural desconocido para mí. Deduzco que a modo de manifestación de poder. Yo sigo escribiendo. Los cuernos que nacen en su sien me avisan de que mejor me mantenga quieta y relajada. No siento miedo, mas su desafiante grito estimula mi instinto de tener los pies preparados para salir corriendo. Parece que, tras unos incalculables minutos, decide continuar su camino y darme permiso para volver a respirar.

Y, como siempre ya he perdido otra vez el hilo de lo que decía... Ah sí, la enorme contradicción entre mi mente y mi cuerpo. Uno absorviendo esta desbordante belleza. Otra tratando de no estallar en un húmedo torrente de desesperación.
Qué doloroso... qué oscuro y lúgubre se presenta todo si lo miras desde el interior y no desde los sentidos. Tan pronto me hallo enchida en tristeza como se desvanece al contemplar la linea que divide el suelo y el cielo. Todo del mismo color... Es terriblemente hechizante. Debería quizá rendirme a los sentidos y desconectar por un instante?No sería justo.

Me gustaría cerrar los ojos y poder recordar que este no debería ser el paisaje. Debería estar viendo el mar, libertad, voluntad, tranquilidad en los ojos. Satisfacción en la sonrisa. Sin embargo, desconectar mis sentidos de esta preciosa vista me resulta imposible.
Mañana será un recuerdo...
Trataré de reocrdar también las desgastadas manos que han sido obligadas a golpe de injusticia a crear este espectacular ecosistema.

jueves, 6 de mayo de 2010

Agridolçament a casa



L’aigua ja és calenta. Em fico a la dutxa, recordant que hores abans d’agafar el primer avió cap a Alger em trobava exactament al mateix lloc, excitada, a punt d’esclatar per excés d’eufòria. Ara torno a ser aqui, com si mai hagués sortit d’aquesta dutxa. Com si tot plegat hagués estat un somni, dolç com l’amor, agri com la vida…
Un sentiment de nostàlgia m’abraça en adonar-me que em sento gairebé hipnotitzada per haver-me desfet de tota la sorra que duia a sobre. Però alhora soc conscient que precisament aquests bocins de desert són les proves més fidels de que tot ha estat real. La hospitalitat amb què ens van rebre, la desesperació en els seus ulls, la humiltat dels seus costums, la paciència que demostren vers els problemes que els envolten. Tot ha estat ben real, però em costa moltíssim no oblidar imatges, olors, sabors, el tacte de la sorra fina… Totes les experiències de la vida et deixen al final un sentiment característic, una sensació única. En agafar la roba per dur-la a la rentadora m’ha vingut una olor familiar… de color marró. Marró com l’aire, com el cel, com la sorra… I aquesta sensació, impossible de descriure amb paraules, ha començat a recórrer les meves venes. El meu cor, accelerat, s’ha posat d’acord amb la meva ment i m’he evadit per uns segons. He marxat a dormir, amb la música d’un somriure infantil a les oïdes i uns ulls negres plens de llum observant-me des de l’armari de records. Amb tristesa i sense energia, m'he deixat convèncer per relaxar els músculs. Rumiant mentre esperava la son m'he adonat de què, envoltada d’estrelles, sorra i catifes, no he somiat cap nit. Cap ni una, i és extrany, doncs fins i tot amb els ulls oberts soc capaç de crear realitats alternatives.
Neix un nou dia, un de gris, per fer-ho tot més senzill... És el mateix aire. És el mateix cel i el mateix sòl que trepitjo cada dia. Aparentment tot resta igual, però hi ha quelcom dins meu que m’inquieta. L’aire és massa silenciós. El cel és massa blau i el sòl és massa dur. Ara ja estic segura que la meva felicitat passa per experiències com aquesta. El buit que he sentit sempre s’ha omplert i estic amb les bateries carregades per lluitar. Som moltes persones amb aquesta sensació i sento que si lluitem de la mà ningú no ens podrà aturar, ningú. Perquè quan molta gent desitjem una cosa, és llei de vida que es compleixi. Ha de ser-ho. Amb esforç, compromís i convicció, assolirem els objectius que ens proposem i continuarem amb la difícil tasca de canviar una miqueta aquest món. Fem història companys i companyes sahrauís de cor. Som-hi!