viernes, 17 de septiembre de 2010

Ladran, ergo, cabalgamos.


De repente sientes que los brazos te pesan, los pies se agarran con fuerza al suelo y encuentras mil excusas para justificar el haber perdido la esperanza. Qué hacer cuando la desmotivación nos asalta en plena batalla?
A menudo resulta complicado mantener el objetivo de cambiar las cosas. Tanto esfuerzo invertido, tanto tiempo, tantas ilusiones puestas en algo que se aleja con cada telediario. Espaldas molidas, miradas perdidas, corazones congelados, brazos raquíticos, bolsillos atiborrados, tiranos de metro veinte robandoles la vida a todo un pueblo por tener una cultura diferente. Podría publicar millones de entradas enumerando los defectos que conforman este mundo, nuestro mundo. Pero, ¿acaso eso mejoraría las cosas?
¡Tengamos un poco de fe, damas y caballeros! En este juego sólo disponemos de una vida para luchar, por lo que no podemos esperar que las cosas mejoren de un día para el otro. La meta que queremos conseguir es muy grande. Es, al fin y al cabo, como una gran cuerda. Cada vida es un hilo añadido. Los hilos que se sumarán después necesitan tener ejemplos a seguir. Si logramos perpetuar esta suma llegará un día en que la cuerda será tan fuerte y resistente que no podrá pasar desapercibida. Pero para lograrlo, hace falta tener esperanza, tener fe en que lo que tantxs soñamos al final se cumplirá. Cada vez estamos más cerca, se van alcanzando objetivos, pequeños pasos que deberían ser un punto de apoyo para no abandonar la partida antes de llegar al final. No somos nosotrxs lxs que nos equivocamos. Nosotrxs no explotamos, nos ponemos en el lugar de lxs más desfavorecidxs, tratamos de mejorar las cosas. De qué tener miedo a luchar por ello entonces?
Tenemos que mantenernos firmes con nuestras convicciones y seguir adelante para hacer posible ese futuro que a millones de personas les ha sido arrebatado.
Y estoy convencida de que durante los últimos segundos de nuestra vida sonreiremos, porque cada lágrima derramada y cada grito de impotencia habrán valido la pena.